Hola, hay alguien que le hizo daño a mi familia, y aún que a mí me maltrato, no fue tanto como a mis

51 respuestas
Hola, hay alguien que le hizo daño a mi familia, y aún que a mí me maltrato, no fue tanto como a mis hermanos. Mi familia me insiste en que lo perdone, pero lo odio, y no encuentro razones lógicas para hacerlo. Aún así, veo que en mi trabajo me estoy volviendo más hostil hacia otras personas, porque no se distinguir cuando bromean o insultan, porque tengo miedo a sentirme fuera de control, como esa persona que me hizo daño me hizo sentir. Me dicen que debería perdonarlo pero no encuentro razones para hacerlo. Pero siento como si esto solo fuera la excusa para estar enojado, como si nunca me lo hubiera permitido, y ahora pudiera ¿Por qué debería a perdonar?
El perdón es un tema muy personal y nunca puede imponerse. Nadie está obligado a perdonar si no lo siente. Lo que sí parece importante es cómo la rabia y el dolor siguen afectándote en tu vida diaria y en tu relación con otros. Más que pensar en “por qué deberías perdonar”, podrías enfocarte en cómo procesar esa herida, darle un sentido y liberarte del peso que te deja, con ayuda terapéutica si lo deseas.

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Hola, gracias por compartir tu experiencia.

Cuando alguien nos ha hecho daño profundo, el perdón no siempre surge como una opción clara ni necesaria. Muchas veces se instala la presión externa de “nuestro entorno de deber perdonar”, lo que puede vivirse más como una exigencia que tiene más que ver con otros que con uno mismo.

Más que forzarse a perdonar, lo importante puede ser preguntarse qué necesitas tú para no quedar atrapado en esa experiencia dolorosa. El odio, la rabia o la hostilidad hacia otros pueden tener distintos sentidos, a veces como un intento de protegerse para no sentirte indefenso como antes (ya que mencionas que esa hostilidad es un intento de sentirte bajo control). Esto nunca es una es una falla tuya, sino quizás una reacción y forma de procesar el daño recibido.

Quizás el desafío no esté en perdonar, sino en darle un lugar a esa rabia como emoción legítima que tiene una función. A veces, el proceso terapéutico ayuda a modular el sentimiento de rabia en algo que no te sobrepase por dentro ni se desplace hacia vínculos actuales.

Perdonar no es olvidar ni justificar lo que pasó, tampoco es un deber moral. A veces, el trabajo está en reconciliarse con uno mismo, con la historia vivida, y en recuperar la sensación de agencia y seguridad que esa experiencia arrebató.

Espero que esta respuesta te sirva de ayuda :)

Sebastián Fredes
Psicólogo Clínico.
Hola, los cuestionamientos y dificultades que has presentado son algo común y que puedes solucionar con una psicoterapia, te pueden dar muchas respuestas a tus interrogantes pero eres tu el que debe sanar esas heridas emocionales para poder cambiar tu comportamiento y sentirte mejor, te recomiendo una psicoterapia constructivista, mucho éxito en este proceso, Saludos
Hola, gracias por compartir lo que sientes. Es completamente válido que te cueste perdonar cuando ha habido tanto dolor y maltrato. El perdón no es una obligación ni tiene que llegar por presión externa; más bien, es un proceso personal que a veces se enfoca más en sanar uno mismo que en justificar lo que la otra persona hizo.
Lo que mencionas sobre la hostilidad en el trabajo muestra que este enojo sigue teniendo un impacto en tu vida. Desde la Terapia Cognitivo-Conductual (en la cual me especializo), se puede trabajar en reconocer cómo las experiencias pasadas influyen en tus pensamientos, emociones y conductas actuales, y aprender estrategias para regular la ira y recuperar la sensación de control.
Perdonar no significa olvidar ni aceptar lo que pasó, sino liberarte de la carga que ese enojo genera en ti.
Ante cualquier duda, siéntase libre de contactarme, que tenga una excelente semana, saludos.

Ps. Jeannette Ruiz
Psicólogo, Sexólogo
Providencia
Primero que todo Gracias por escribir y confiar.
Lo que sientes —rabia, odio, confusión, miedo a perder el control— es una respuesta comprensible cuando ha habido daño. Nadie puede exigirte perdonar. No se si has escuchado de Constelaciones Familiares. Te comento que además de psicóloga soy Consteladora, y desde allí puedo señalar que el perdón no es una orden ni implica olvidar ni volver a vincularse con la persona que ha causado el daño; sino que se trata de un posible efecto interno, de bajar la carga que hoy te hace hostil con otros. Eso no depende de otorgar perdón ni de retomar los vínculos, sino que se trata de poner límites, ordenar el sistema y devolverte tu fuerza. Yo trabajo en un encuadre cálido y seguro, con enfoque trauma-informado. Podemos vernos online o presencial.
Si te resuena, puede agendar por esta misma página.
En la primera sesión tendrás más orden interno, un plan de límites y recursos para el día a día. Te acompaño sin juicios. Un abrazo.
Quizás el rencor es lo que te esta causando malestar actualmente. No deberías perdonar si no quieres, pero puedes perdonar para soltar el rencor. No olvidar ni permitirle volver a tu vida, solo soltar el rencor que le tienes y continuar tu camino sin odio, sin relación, pero sin odio.
Gracias por la confianza al compartir lo que estás viviendo, es muy comprensible que sientas rabia, rechazo y dificultad para pensar en el perdón, sobre todo cuando ha habido daño hacia ti y hacia tus seres queridos. Nadie puede forzarte a perdonar, y tampoco hay un “deber” automático en eso. El perdón no significa justificar lo que pasó ni borrar lo ocurrido, sino que puede transformarse en una forma de liberarte a ti mismo del peso que llevas y que hoy se refleja en tu vida diaria.
El odio, aunque legítimo en su origen, puede transformarse con el tiempo en una carga que te consume energía y te hace sentir hostil incluso con quienes no han tenido nada que ver con la herida inicial. Más que pensar en perdonar por el otro, la pregunta que puedes hacerte es: ¿qué necesito yo para sanar, sentirme más libre y recuperar mi tranquilidad? A veces el perdón surge como consecuencia de un proceso personal de elaboración del dolor, y no como un objetivo impuesto.
Por lo mismo, puede ayudarte iniciar un proceso terapéutico donde tengas un espacio seguro para darle sentido a lo que viviste, trabajar esa rabia y aprender a diferenciar el presente del pasado, de modo que no tengas que vivir constantemente en alerta o con miedo a perder el control. Ese camino no borra lo ocurrido, pero sí te permite soltar el poder que ese daño sigue teniendo sobre tu vida actual.
No te apresures ni te culpes si aún no ves razones para perdonar, lo más importante es que comiences a trabajar en ti, en tu bienestar y en cómo canalizar esa energía hacia formas que te devuelvan calma y fortaleza. Recuerda que tu historia no se reduce a lo que pasó, y que tienes dentro de ti la capacidad de reconstruirte con más claridad y amor propio.
¿Por qué debería a perdonar? es tu pregunta, la respuesta podria estar relacionada con la perturbacional emocional que provocan actualmente estos recuerdos de maltrato, personal y familiar. Si la perturbacion es alta podriamos estar frente atrauma que es aconsejable tratar. Una de las opciones es la terapia EMDR.
Gracias por compartir algo tan profundo y doloroso. Lo que describes no es solo una lucha con el perdón, sino con el impacto que el trauma ha tenido en tu percepción, tus vínculos y tu sentido de seguridad. Desde una perspectiva psicoterapéutica integrativa —que considera tu historia, tus relaciones y tu experiencia encarnada— aquí va una respuesta que podría resonar en medio del dolor:

El perdón no es olvido, ni reconciliación. Es liberación.

Perdonar no significa justificar el daño, minimizarlo, ni hacer las paces con quien lo causó. En muchos casos, el perdón no es hacia el otro, sino hacia uno mismo: por haber cargado con el odio, por haber vivido en modo defensa, por no haber podido proteger a quienes amamos.

Desde una mirada psicodinámica, el odio puede ser una forma de mantener vivo el vínculo con el agresor, como si al odiarlo se pudiera controlar lo que pasó. Pero ese vínculo, aunque lleno de rabia, sigue ocupando espacio emocional. Y ese espacio podría estar destinado a ti: a tu paz, tu claridad, tu capacidad de confiar.

La rabia tiene sentido. Pero no tiene que quedarse.

Tu enojo es legítimo. Es la señal de que algo injusto ocurrió. Pero cuando la rabia se vuelve el filtro con el que ves el mundo cuando ya no puedes distinguir entre una broma y una amenaza entonces el trauma sigue teniendo poder sobre ti. No porque seas débil, sino porque tu sistema nervioso aprendió a sobrevivir en alerta.

Desde una perspectiva neurobiológica, el perdón puede ser una forma de regular ese sistema: de decirle a tu cuerpo que ya no estás en peligro. No porque el agresor merezca paz, sino porque tú sí la mereces.

Perdonar es un acto de poder, no de sumisión.

Imagina que el perdón no es un regalo para quien te hizo daño, sino una declaración de autonomía: “Ya no te dejo vivir en mi mente. Ya no te dejo definir cómo me relaciono con los demás. Ya no te dejo robarme la capacidad de confiar, de reír, de estar presente.”

Desde una mirada sistémica, el perdón también puede ser una forma de cortar patrones transgeneracionales de dolor. No para repetir la historia, sino para transformarla.

Y si aún no puedes perdonar, está bien.

El perdón no se exige. Se construye. A veces empieza por reconocer que el enojo tiene una función, que te protegió cuando no había otra salida. Y que ahora, quizás, puedes elegir otra forma de estar en el mundo.Si fueras mi paciente, no se le pediría que perdones. Te acompañaría a explorar qué significa ese odio, qué función cumple, qué heridas aún están abiertas. Y desde ahí, quizás, el perdón podría aparecer no como una obligación, sino como una posibilidad.


Hola, ante el daño, el perdón no es el único camino a la sanación, si una persona me ha hecho mucho daño, no tengo la obligación de perdonarlo. A veces el perdón debe ir mas orientado a nosotros, desde una mirada compasiva hacia el pasado, desde aceptar que en ese momento no pude hacer nada para que las cosas sucedieran distinto, pero que ahora siendo adulta y en un contexto diferente, puedo establecer mis límites. Puedo bajar la defensa y conectar con las personas y las reales circunstancias, muchas veces terminamos siendo hostiles porque al estar dañados, nuestra sensibilidad es mayor, hay un aprendizaje emocional que no lleva percibir amenaza cuando no las hay, por ende no damos cabida a una interacción sana, ya que nuestro modo automático, nos impulsa a aislarno o actuar de modo confrontacional, que nos aleja de la posibilidad de conectar con las personas y construir relaciones sanas y genuinas y también en base a la experiencia real, determinar marcar límites o tomar distancia si creo que es necesario.
Ante cualquier evento que perciba como hostil, reflexiona. sobre si tu respuesta tiene que ver con lo que realmente está pasando o con la interpretación que estamos haciendo, en base a la herida.
De igual manera te sugiero hacer terapia, puede ayudarte a resignificar tu vivencia y por ende a derribar las barreras que hoy están afectando tus relaciones.
Me quedo atenta a cualquier inquitud.
Saludos.
Desde la Terapia Breve Estratégica entendemos que perdonar no puede imponerse como obligación moral, porque eso solo genera más bloqueo y sufrimiento. Lo importante no es “tener que perdonar”, sino dejar de estar prisionero del daño sufrido. A través de estrategias específicas se trabaja para que la herida deje de gobernar tus emociones y conductas, y así puedas recuperar el control y relacionarte con los demás sin la carga de la hostilidad o el miedo.
El cambio no consiste en olvidar ni justificar lo ocurrido, sino en liberarte de lo que aún te ata al pasado.
Hola! Recomiendo tomar una hora con algún psicólogo, ya que es necesario indagar más a fondo.
Ya que lo que refieres no es tan sencillo como para simplemente abordarlo en un foro de preguntas.
Saludos
Gracias por su pregunta es importante más que el perdón la superación del hecho y eso se logra a través de mi estilo de terapia.
Hola! gracias por compartir tu relato. Espero poder aportarte de alguna forma con esta respuesta.

El tema del perdón es un tema complejo e importante. El perdón no es obligatorio, no debe manifestarse únicamente para satisfacer a otros. Es una decisión íntima y personal, que cumple la función de alivianar una carga emocional; de desprendernos de nuestro enojo o de nuestra ira hacia alguien (o algo) que nos ha causado daño.

El enojo que sientes es una respuesta natural ante una experiencia de daño. Ahora, si sientes que este sentimiento que aparece a raíz de esta experiencia, está afectándote en otras áreas de tu vida, como por ejemplo en el ámbito laboral y de tus relaciones interpersonales, puede ser un indicio de que estas emociones buscan y necesitan ser comprendidas en tu interior de forma saludable, con el objetivo de que estas emociones (validas) no afecten tu propia salud mental.

Puede ser útil buscar espacios seguros para expresar y procesar estas emociones, como la terapia o hablar con alguien de confianza, de manera que puedas recuperar tu equilibrio y bienestar.
Hola, el perdón es una opción trabajarlo, y en todas las circunstancias perdonar es sanador para quien lo hace, tal como tu lo mencionas si ya percibes que este dolor está trayendo como consecuencias negativas para ti la hostilidad en el entorno laboral, dificultades para evaluar tu propio comportamiento hacia otros, etc, sería en beneficio tuyo trabajar este dolor que tienes por el daño que sientes te causaron.
Perdonar no significa estar de acuerdo con lo que el otro hizo, asumir alguna postura sumisa o permitir que te sigan maltratando. El proceso terapeutico además de ayudar a sanar estas emociones y el daño, ayuda a aprender a enfrentar futuros escenarios similares y a saber enfrentarlo para ponerle límites y a tener comportamientos que te protejan y te hagan sentir seguro.
Estimado lo que sientes es completamente válido: cuando alguien nos hiere, especialmente de forma tan significativa, es natural que surjan emociones intensas como el enojo o el odio. No existe una obligación de perdonar, y menos aún cuando aún estás atravesando el dolor y las consecuencias de lo vivido.
En psicología, entendemos el perdón no como “olvidar” o “justificar”, sino como un proceso interno que permite liberar el peso que las emociones negativas ejercen sobre ti. El objetivo no es beneficiar a la persona que hizo daño, sino ayudarte a ti a recuperar paz y control sobre tu vida.
El hecho de que notes hostilidad en tu trabajo es muy importante: habla de que estas emociones acumuladas están buscando una salida y están afectando otras áreas de tu vida. En un proceso terapéutico, podemos trabajar en distinguir cuándo estás en una situación real de amenaza y cuándo tu mente reactiva está conectando con experiencias pasadas, además de desarrollar herramientas para canalizar la rabia de manera constructiva.
El perdón, en caso de llegar a él, no es un deber ni una meta impuesta, sino una opción que puede surgir en el camino. Lo esencial ahora es que puedas darte un espacio seguro para expresar tu enojo y aprender a manejarlo sin que te controle.
Saludos cordiales
Ps. Elena Beyer Hauck
Psicólogo, Psicopedagogo
Providencia
No, nadie "debe" perdonar. Si alguien te hizo daño, lo esperado es que te encuentres enojado, eso es lo sano. Muchas veces se nos dicen frases "de buena crianza" que se suponen nos calmarán o ayudarán; sin embargo, sólo generan más emociones desadaptativas en nosotros ya que nos hacen pensar que lo que sentimos está mal y eso no es así. Las emociones son tuyas y sólo tuyas, por lo mismo hay que aprender a llevarlas y expresarlas de una manera saludable y adaptativa.
Nadie puede decirte lo que debes o no hacer, lo que sí te puedo explicar es que no hay emociones ni buenas ni malas, sino que el punto de inflexión está en cómo las expresas y vives y qué tanto daño o beneficio te entregan a ti mismo. Recuerda que no perdonamos a los otros por ellos o para ellos; sino, por amor a nosotros mismos.
Te sugiero muy respetuosamente que busques acompañamiento en algún profesional de la salud mental que te ayude a lidiar con el dolor que estás teniendo, que te muestre cómo vivir tus emociones sin reprimirlas, aceptándolas y aprendiendo a ver qué te quieren decir cada una de ellas.
Te mando un abrazo.
El perdón no es una obligación ni un paso que deba forzarse; menos aún cuando hay heridas profundas que siguen vivas en tu historia. A veces se insiste en perdonar como si fuese un gesto que cerrara el pasado, pero lo que suele ocurrir es que ese mandato genera más confusión y rabia. Lo importante no es “perdonar” para que otros estén tranquilos, sino poder elaborar tu enojo, tu miedo y tu hostilidad, para que no gobiernen tu manera de relacionarte hoy. El odio que sientes no es un capricho, es la marca de algo que no fue escuchado. Un espacio terapéutico puede ayudarte a poner en palabras esa experiencia, a darle un sentido y a encontrar una forma propia de relacionarte con lo vivido, más allá de la exigencia de perdonar.
O sea... las técnicas asociadas a "perdonar" las ven en la clínicas que tienen una cruz en su techo... paso el dato.

Ahora, si quieres superar el tema y comprenderlo, eso es terapia.

Dicho eso, es necesario separar aquello que es DENUNCIABLE de aquello que es propio de comportamientos inadecuados.
Es normal sentir emociones intensas frente a una persona que nos hizo daño y también a nuestra familia. Como bien mencionas, las principales consecuencias de haber sufrido maltrato es sentimientos de temor en volver a ser herido nuevamente y estar a la defensiva debido a la inseguridad que genera el maltrato, en síntesis, estar en hipervigilancia. Por otro lado, perdonar consiste en "dejar atrás" un hecho del cual fuimos heridos, sin embargo, se vuelve complicado si esa persona sigue estando presente en tu día a día. Es necesario perdonar para poder seguir adelante en nuestras vidas, sin embargo, perdonar no significa que debas estar en contacto quien nos daño o que debamos entablar una amistad con esa persona. Es importante en los casos de maltrato acudir a terapia para poder cambiar la manera en la cual visualizamos el mundo y poder estar bien con nosotros mismos. Sanar es posible.
Hola, qué difícil tu situación, das cuenta de haber posiblemente experimentado violencia, tú y tus hermanos, por parte de alguien que me da la impresión es parte de la familia, te piden que lo perdones, pero tú estas lleno de rabia, lo describes como odio. Como Psicólogo sólo puedo pensar en que la violencia o los malos tratos al interior de las familias hoy constituyen un delito, con eso ya puedes ver la gravedad de lo que ocurrió. Las personas que sufren violencia experimentan fenómenos emocionales asociados a la condición de víctimas, pero principalmente es la desigualdad del poder frente al agresor el núcleo más peligroso, por ello debe intervenir habitualmente la ley, la policía, los juzgados, para restablecer el equilibrio de poder y proteger a los niños o adultos víctimas de violencia. Existe todo un procedimiento legal y de protección cuando se develan las agresiones. Aún ocurriendo aquello, lo importante es que no vuelvan a repetirse dichas agresiones y que la víctima pueda reparar el daño sufrido. Como la familia es un sistema social vivo y diverso en su manera de ser todos estos procedimientos muchas veces no se realizan, por temor, por presión de otros miembros, etc, pero en términos clínicos, es lo que se sabe debe ocurrir para favorecer a los que sufren violencia. Perdonar es una conducta que sin duda trae paz, pero primero debes realizar un proceso terapéutico donde resignifiques todo el dolor, adquieras una amplia comprensión de lo que ocurrió en cuanto a las dinámicas maltratantes, fortalezcas tus recursos personales, y principalmente consolidar la eliminación y prevención de toda conducta maltratante o violenta que pudiera ocurrir incluso en la actualidad por parte del agresor. La violencia es aprendida y peligrosa, quienes la ejercen con mucha dificultad pueden ser conscientes del daño que provocan, por lo que la mayor labor para salir adelante en este tipo de situaciones parte por la víctima o los observadores, en marcar un hito donde habitualmente se denuncia y se comienza la reparación. En tu caso, se hace visible el dolor y la rabia y es algo posiblemente injusto para ti, todo esto en ocasiones se te hace difícil manejar solo o sola en términos emocionales, aún más con la influencia de la familia hoy en día para que lo perdones, por ello te sugiero consultes con un profesional.
Hola, que dificil situación, muchas veces se cree que perdonar es la solución pero si se te hace dificil es por alguna razón, y merece ser escuchada, quizá necesitas vivir esta emoción, o validarla, esto puedes descubrirlo en un proceso de autoanalisis, ya sea en psicoterapia o en otras instancias. A veces perdonar no es la solución porque se puede sentir que estas irrespetandote a ti mismo pasando por alto el daño que alguien te ha hecho y tambien esta bien. Lo importante es que busques una solución que te deje en paz a ti, no al resto. Espero encuentres lo que buscas
Hola! Creo que por la situación que describes, los sentimientos que tienes hacia esta persona pueden estar reclamando un espacio en otras dismensiones de tu vida, y el espacio de psicoterapia puede resultar útil para tratar de ordenar este conflicto que parece estar impactando de manera más personal en tu vida, sin embargo esto no quiere decir que la solución sea el perdón, vale la pena preguntarte si es que un perdonar de manera poco sincera es un perdón finalmente. Te invito a considerar el espacio de psicoterapia como un espacio que pueda ayudar a generar tu propio sentido acerca de esta situación y poder encontrar tu propia manera de poder superarlo
Gracias por compartir algo tan personal y doloroso. Es comprensible que te sientas dividido entre lo que tu familia espera de ti y lo que tú realmente sientes. Perdonar no es una obligación ni un camino lineal; más que una meta, es un proceso que cada persona vive a su propio ritmo, si así lo desea. Lo importante no es si “deberías” o no perdonar, sino qué es lo que hoy te ayuda a estar en paz contigo mismo.

Es válido que sientas rabia y que no encuentres razones lógicas para perdonar. Esa rabia también habla de que lo que pasó fue injusto y que tu cuerpo y tu mente siguen recordando esa herida. Escuchar lo que sientes, sin juzgarte, puede ser un primer paso para empezar a cuidarte. No se trata de forzarte a “pasar página”, sino de reconocer cuáles son tus límites y necesidades actuales: qué te da tranquilidad, qué te protege y qué te ayuda a sentirte más libre en tus relaciones del día a día.

Si notas que la hostilidad en tu trabajo es una señal de cuánto pesa todo esto en ti, quizás sea momento de preguntarte: ¿qué necesito para sentirme más liviano?, ¿cómo puedo expresar mi enojo de una forma que no me dañe ni dañe a los demás?, ¿qué me haría sentir que estoy respetando mi historia y a la vez cuidando mi presente? A veces el perdón aparece como una elección que uno hace para sí mismo, no para el otro; otras veces, simplemente no es el camino, y está bien. Lo que importa es que encuentres la forma de relacionarte con lo vivido de manera que te brinde bienestar y no te quite energía en el presente.
Buenas noches,
Lo que sientes es profundamente válido. No estás obligado a perdonar si eso no nace de ti. El dolor que viviste dejó huellas, y es natural que el enojo aparezca como una forma de protegerte. Tal vez ahora, al permitirte sentir esa rabia, estás conectando con una parte de ti que antes no tuvo espacio para expresarse. Desde el enfoque cognitivo conductual de tercera generación ACT, no se trata de borrar el pasado ni de forzarte a perdonar, sino de preguntarte: ¿Cómo quiero vivir hoy, a pesar de lo que pasó? ¿Este enojo me acerca o me aleja de la persona que quiero ser? Quizá el perdón, si llega, no sea por el otro, sino como un regalo para ti, para dejar de cargar con lo que ya no quieres sostener. No estás solo en esto. Podemos caminar con ese dolor, sin dejar que decida por ti.
Hola!!
Te envío un abrazo y haz sido un sobreviviente!!
Por lo que escribes, pienso que lo primero es comenzar desde el trabajo para ti, centrarte en sanar, comprender, aceptar, validar, elaborar y resignificar TU Historia...
Trabajar en tus recursos personales y en el eventual daño emocional que se genero por esta experiencia vital.
En el presente enfócate en ir paso a paso en tu proceso, evita el forzar el "perdón" poniendo límites saludables.

Creo que sería beneficioso que trabajes esto desde una terapia psicológica.

Saludos!!!!!
 Stephany Palominos
Psicólogo
Viña del Mar
Primero que nada es tu proceso el de nadie mas..no por que alguien te diga debes perdonar debes hacerlo..lo que se podria hacer es trabajar cual es el sentido para ti de perdonar ...loa beneficios y consecuencias de no hacerlo...estas cargando con consecuencias que te llevan a distorsionar la realidad..las emociones que viviste estan dentro tuyo , tienen que ser miradas y liberadas..porque guardar eso te hace mal..y afecra sus relaciones sociales...como interpretar distorsionadamente..se puede salir de los traumas de la infancia de maltrato vivido o visto de otros, pero hay que querer sanar el pasado liberar ideas incrustadas , emociones negativas y formas de vinculacion
El perdón no es una obligación ni significa justificar lo ocurrido, sino un proceso interno que puede ayudarte a liberarte del peso del odio y de la hostilidad que hoy comienzan a afectar tus relaciones; no se trata de olvidar ni reconciliarse con quien dañó, sino de sanar para que esa experiencia no siga controlando tu vida, y en ese camino lo importante es trabajar tus emociones y decidir con libertad si quieres o no perdonar; te invito a agendar una hora online conmigo, Juan Carvajal, psicólogo clínico humanista–cognitivo, para acompañarte en este proceso y recuperar tu bienestar.
Te sugiero iniciar un proceso psicoterapéutico para trabajar en tus respuestas hostiles al contexto, para aprender a ser más asertiva. Tal vez estas respuestas puedan ser automáticas producto de situaciones traumáticas. Es importante hacer un proceso psicodiagnóstico y trabajar en ti. Lo de perdonar o no hacerlo, lo verás en sesiones.
Lamento mucho que hayas pasado por esa experiencia. En primer lugar quiero comentarte que es normal que te sientas de esa forma luego de haber sufrido de un daño tan profundo en el que además fueron dañados tus hermanos.
Los sentimiento que experimentas hacia esa persona y las dificultades con tus compañeros de trabajo, son una respuesta natural a las situaciones traumáticas vividas.
Si bien cada persona decide, si es que o cuando perdonar, el perdón es un proceso en el que nos liberamos de las cargas del pasado que nos impiden avanzar . Por otra parte es importante que consideres que perdonar, no implica necesariamente olvidar lo sucedido.
Te recomiendo que comiences un proceso de psicoterapia, para que encuentres un espacio seguro para que puedas entender mejor tus emociones, mejorar tus relaciones interpersonales y sanar las heridas del pasado.
Ps. Paula Moreno
Psicólogo
Antofagasta
El perdón no significa justificar lo que pasó ni minimizar el daño, sino liberarte de la carga emocional que quedó; cuando alguien nos hiere es normal sentir odio, rabia o desconfianza, porque esas emociones intentan protegernos, pero el problema aparece cuando empiezan a desbordarse en otros espacios, como en tu trabajo o en tus relaciones, y terminan afectándote más a ti que a la persona que te dañó; perdonar no es una obligación ni tiene por qué ser inmediato, es un proceso personal que a veces implica primero validar el dolor y reconocer que lo que viviste fue injusto, y desde la psicología se entiende más como un recurso para recuperar tu bienestar emocional y tu sensación de control que como un favor hacia el otro; en otras palabras, no se trata de “encontrar razones lógicas para perdonar” sino de preguntarte qué necesitas para dejar de estar atado a esa experiencia, porque quizás el perdón llegue, o quizás se transforme en aceptación o en un límite claro, pero lo importante es que el proceso sea tuyo, a tu ritmo, y orientado a recuperar tu paz interna.
Estimado:
Gracias por compartir esta situación tan dolorosa presente es tu vida. Desde la psicoterapia con enfoque relacional, se puede inferir que al parecer el maltrato que viviste dejó heridas que aún influyen en como te relacionas, como esa hostilidad que notas en el trabajo o la dificultad para distinguir bromas de insultos. Esto podría reflejar un impacto emocional no procesado, que te mantiene alerta y en defensa, como una forma de protegerte de volver a sentirte fuera de control. Por otro lado, el perdón, en este contexto, no implica justificar lo que pasó ni reconciliarte con esa persona, sino liberarte del peso emocional que te ata a ese dolor, permitiéndote recuperar el control sobre tu vida y tus relaciones.
Estimado/a.

Desde mi punto de vista, los procesos afectivos que involucran maltrato, revisten un daño que se vive desde un lugar muy personal, el sufrimiento, el daño y las emociones que emanan de estas vivencias son muy personales. La persona que te dañó por lo que puedo inferir es cercana a tu familia, ya que se han involucrado en opinar si debes o no perdonar; sin embargo, el perdón es un proceso que debe ser tratado con seriedad, con sanación y desde luego con trabajo interno respecto de quien debe ser perdonado. Te sugiero que busques ayuda profesional para explorar las emociones que te embargan y como estas te están ayudando a superar o no superar la situación que describes. ¿Por qué deberías perdonar? -- Porque te haría bien no tener el peso emocional... ¿Eso significa tener contacto con esta persona? No necesariamente.
Te deseo lo mejor, y espero que encuentres el espacio para trabajar esta situación y lo que ha generado en ti, para que puedas seguir siendo la persona que siempre has sido. Un abrazo.
Estimado/a,
El tema que planteas conlleva diversas aristas de análisis y no tiene una respuesta que pueda formularse de antemano. Te recomiendo buscar atención psicológica para que, en conjunto con dicho profesional, puedan identificar las fuentes de tu malestar, los factores asociados y ensayar modos de abordaje a la problemática que traes.
¡Hola!

Lamento mucho que hayas pasado por esa experiencia. Ahora, el perdón en una decisión personal, no es una obligación.

Si sería importante que puedas trabajar sobre esta experiencia, no neccesariamente para perdonar, si no que para que puedas estar en paz contigo, poder resignificar esa experiencia y lograr que el recuerdo de lo sucedido tenga menos afectación para ti.

Es importante escuchar tus emociones, y a que van dirigidas realmente.
Lo primero que quiero decirte es que lo que estás sintiendo es completamente válido. El dolor, el enojo, la rabia y el miedo que experimentas son respuestas naturales ante lo que viviste. Lo que ocurrió contigo, y con tu familia, dejó una huella. No hay una "razón lógica" inmediata para perdonar, especialmente si lo que sientes es injusticia y la sensación de que ese daño aún está presente.
También es importante que puedas considerar que el perdón no significa justificar o excusar el daño que te hicieron, sino liberarte de la carga emocional que sigues llevando. No necesariamente el perdón es un gesto hacia esa otra persona, sino que puede ser un gesto hacia ti mismo, puesto que esta situación te esta afectando en tu vida cotidiana y eso es una señal clara de que esa carga emocional sigue influyendo en ti y te hace estar en un estado de alerta constante, lo cual no es saludable a largo plazo.
Si prefieres no llamarlo "perdón" por ahora, puedes llamarlo "liberación" o "soltar". Lo que importa es que el foco sea tu bienestar y no dejar que el pasado te siga controlando.
Saludos !
Hola. Lo que describes es una situación muy difícil y comprensible. Cuando alguien daña profundamente a una familia, y además te hizo sentir indefenso o fuera de control, el cuerpo y la mente quedan marcados con una huella de alerta constante. Por eso, el perdón no surge naturalmente: tu rabia no es un defecto moral, sino una forma de protegerte de volver a sentirte vulnerado.

Tu familia puede pedirte que perdones porque busca paz o cierre, pero en ti el proceso es distinto: no se puede perdonar desde la presión, ni cuando todavía hay dolor, miedo o rabia sin procesar. Y es importante entender que el perdón no es olvidar ni justificar lo que pasó; a veces perdonar no significa reconciliarse, sino simplemente dejar de cargar con el peso de la herida.

También es muy valioso que notes lo que está ocurriendo en tu trabajo. Esa hostilidad o dificultad para distinguir una broma de un ataque son señales de que la herida sigue viva y activa en tus reacciones. No es que te estés volviendo una mala persona, sino que el cuerpo sigue reaccionando como si estuvieras en peligro, incluso cuando no lo estás.

Perdonar, entonces, no es algo que se hace porque “se debe”, sino cuando uno logra procesar lo suficiente como para no seguir siendo dominado por lo que ocurrió. En tu caso, más que pensar ahora en perdonar, lo importante sería trabajar el enojo, la sensación de pérdida de control y el miedo a volver a ser dañado, para que poco a poco esas emociones se transformen en fuerza y no en tensión constante.

Perdonar no es un punto de partida, es una consecuencia natural del trabajo emocional que viene antes.
Estimado/a, lamento lo que tuviste que pasar, parece que ello te ha afectado al punto de no saber como responder ante algunas situaciones ¿Has pensado en consultar con algún psicólogo para apoyarte con estas preguntas?

Saludos.
Ps. Cristián Valdebenito.
No debes perdonar a alguien que no quieres, punto. Lo otro que comentas puede estarlo provocando otras variables, hay que averiguar. Espero te haya servido, saludos
Buenas tardes, a mi parecer tu conducta actual obedece a un trastorno por estrés postraumático. Te aconsejo no minimizar el maltrato, no importa el grado de éste, siempre es malo para la persona que lo recibe y ocasiona consecuencias como las que estas viviendo en tu entorno, al mostrarte hostil y en una actitud de defensa; con el tiempo los síntomas pueden ir empeorando, de ahí que sea muy importante buscar ayuda a tiempo. Claramente, por lo que comentas tu entorno no comprende lo que estas viviendo y tu dolor; el perdón vendrá con el tiempo y es muy válido que respetes tu emocionalidad y hagas que los demás también respeten tu sentir. Solo con una autovaloración y límites claros podrás procesar de una forma más adecuada tu dolor. Si requieres de un apoyo para recuperarte de esta situación y sanar esas heridas emocionales, con mucho gusto podré ayudarte.
Hola, es comprensible que sientas de esa manera, todas las situaciones traumáticas generan distintas emociones y son válidas, la presión que tu familia ejerce provoca que tu tolerancia este disminuyendo y por eso sientes que en algún momento puedes perder el control.
Una terapia te ayudaría a canalizar esas emociones, al comprenderlas y aceptarlas podrás aprender a conducirlas y con eso enfrentar a tu familia, para que comprendan y validen tu decisión con respecto a esta persona.
Perdonar no significa justificar el daño, sino liberarse del peso que aún tiene sobre uno. Desde la psicología, el perdón se entiende como un proceso interno que permite regular las emociones y recuperar el control personal. Estudios muestran que mantener el rencor aumenta el estrés y la hostilidad, mientras que trabajar el perdón reduce la carga emocional y favorece el bienestar. No se trata de reconciliarse, sino de dejar de permitir que el agresor siga afectando tu vida. En realidad, el perdón es un acto de cuidado hacia uno mismo, más que hacia quien causó el daño.
Hola, gracias por compartir tu experiencia. Sentir enojo y hostilidad tras un daño familiar es completamente normal. el perdón no es obligatorio ni inmediato, y no significa justificar lo ocurrido.
Perdonar puede ser un proceso interno que te ayude a liberar emociones que afectan tu vida y tus relaciones. Un psicólogo especializado puede acompañarte a manejar estas emociones, recupere el control y bienestar, sin presiones a perdonar antes de estar listo.
Hola, en mi opinión no todo es perdonar o no, nuestra salud mental se perfila desde la infancia y esas experiencias traumáticas como el daño que mencionas hacia ti y tu familia, establecen una respuesta al entorno desde nuestras estructuras mentales, marcando nuestro estado de alerta, necesidad de protegernos y defendernos del peligro. Desde esta perspectiva, necesitamos identificar y contemplar nuestras emociones no anularlas y descubrir como podemos y queremos enfrentar la vida en el presente sin negar nuestras emociones. El compromiso es cuidarse a uno mismo más allá de las presiones.
Lo que sientes es totalmente válido. No se trata de “no querer perdonar”, sino de que tu sistema emocional todavía está protegiéndose. Cuando alguien nos hiere profundamente —y sobre todo si nos hace sentir indefensos— el cerebro guarda esa experiencia como una amenaza no resuelta, y cada vez que algo la recuerda, activa el mismo circuito de miedo y rabia. Por eso, no puedes forzar el perdón: tu cuerpo y tu mente aún están tratando de sentirse seguros.
Desde mi enfoque de la psicología aplicada desde la Neurociencia, comprendemos que el odio o la hostilidad no nacen del deseo de hacer daño, sino del intento inconsciente del cerebro por recuperar el control. Es como si tu sistema nervioso siguiera en alerta, esperando defenderte de que vuelva a pasar. Y cuando eso no se procesa, ese estado termina proyectándose en otros espacios: en tu trabajo, tus relaciones o incluso contigo mismo.
El perdón, entonces, no es una cuestión moral, sino un proceso biológico y emocional de liberación. Perdonar no significa justificar ni minimizar lo que pasó; significa romper el vínculo neurológico y emocional con el daño, para que esa persona ya no siga teniendo espacio dentro de ti.
En terapia, este proceso implica reprogramar tu sistema nervioso para que deje de responder con miedo o rabia ante los recuerdos del daño. Trabajamos en sanar la sensación de indefensión, regular las emociones acumuladas y reconstruir tu poder interno, hasta que puedas sentirte libre sin cargar con esa energía.
No se trata de olvidar ni de “ser bueno”, sino de recuperar tu libertad emocional. El perdón auténtico llega cuando el dolor deja de controlar tus respuestas, y cuando ya no necesitas defenderte de algo que pertenece al pasado.
Si quieres, puedo acompañarte en ese proceso, para que juntos logremos reeducar esas respuestas emocionales, calmar tu sistema nervioso y ayudarte a soltar, sin forzarlo, desde un lugar de comprensión y fortaleza. Saludos!
Tu reacción es totalmente comprensible. Cuando hemos vivido daño o maltrato, no se puede forzar el perdón, porque antes es necesario hacer otras cosas…como procesar el dolor, la rabia y la sensación de injusticia que pudiste sentir.
Perdonar no significa justificar lo que pasó ni olvidarlo, sino liberarte del peso emocional que esa experiencia dejó.
El hecho de que notes cambios en cómo te relacionas con otros muestra que algo interno pide ser atendido, y trabajarlo en terapia puede ayudarte a entender lo que sientes sin juzgarte, y a recuperar una sensación de control y paz contigo misma.
El perdón, si llega, será consecuencia de sanar, no el punto de partida.

Saludos, deseo esta respuesta te ayude.
Probablemente te esta llevando tiempo porque perdonar, abordado por algunos autores, implica una “decisión” como una de sus fases, y por lo que infiero de tu escrito, hay bastante presión al parecer.
Tu experiencia de poder sentirte enojado ahora, porque puedes permitírtelo, es bastante esperable en situaciones abusivas como un maltrato. Lo anterior en tanto no siempre se poseen los recursos para hacerle frente a un maltrato en un momento especifico, pero si posteriormente (lo que no es coherente con una excusa).
Ante todo, considero que es importante que comprendas que eres libre de sentir, pensar y hacer lo que desees, con tales o cuales consecuencias sociales y morales asociadas por supuesto. Sin embargo, el darte ese espacio de libertad, puede ayudar a disminuir algo de presión por perdonar.
Desde la psicología, tenemos por defecto algunas estrategias para hacerle frente al displacer emocional, como a la rabia por ejemplo. Una de estas estrategia se llama “desplazamiento (expresar emociones reprimidas en contextos más seguros o funcionales)”, y puede tener que ver con lo que te ocurre en tu trabajo, un espacio mas seguro en donde puedes expresar una posible rabia.
Respecto de tu pregunta, desconozco la respuesta, quizás no es que debas perdonar por ahora, sino cuidarte y comprender lo que te sucedió, a tu propio ritmo. Cuando estes preparado, el perdón (si decides perdonar) pueda ser una forma de liberarte, no una obligación. Te deseo éxito, saludos.
La pregunta es si no quieres perdonar porque te estás presionando a hacerlo.
Hola! si no sientes que debes perdonar está perfecto, no debemos nunca invalidar lo que sentimos en pro de alguien más o de no lastimar a otros. Lo importante siempre es respetarte a ti y lo que sientas por que eso lleva directamente a tu salud mental. A veces la sociedad nos impone ideas preconcebidas sobre el perdón y su importancia pero nunca debes dejarte llevar por lo que otros opinen al respecto. Creo que el no sentirte comprendido te puede estar provocando frustración y es eso lo que esta saliendo a flote, por eso notas que estás más hostil. También puede ser un síntoma de que estás incubando algún cuadro más depresivo al respecto. Mi humilde opinión es que deberías buscar a alguien con quien tratar este tema, que te haga sentir cómodo y que no juzgue nunca tus emociones y sentimientos. Podemos mejorar y elaborar en terapia estas heridas con las que vamos lidiando día a día. Te deseo toda la suerte.
Ps. Gonzalo Muñoz Ulloa
Psicólogo
Santiago
Perdonar no es una obligación ni una exigencia terapéutica. Cuando ha habido daño significativo, el perdón no aparece porque alguien lo pida, sino porque existe un proceso interno que lo permite… y ese proceso puede tardar o incluso no darse, y aun así puedes sanar.
Lo importante ahora es lo que mencionas: la hostilidad creciente, la dificultad para leer las intenciones de otros y el miedo a perder el control. Esto sugiere que la experiencia traumática sigue activa y está influyendo en tu forma de relacionarte.
Lo más indicado es una evaluación psicológica, donde puedas trabajar el impacto emocional, la regulación del enojo y la seguridad interna. El objetivo no es obligarte a perdonar, sino ayudarte a que tu vida y tus vínculos no queden atrapados en aquella experiencia. Con apoyo adecuado, esto puede mejorar mucho.
Tu pregunta refleja una comprensión profunda de lo que implica el trauma relacional. El perdón no es una obligación ni una meta inmediata, especialmente cuando la herida sigue viva. En contextos de abuso o maltrato, hablar de perdón sin haber transitado primero por el reconocimiento del dolor puede resultar invalidante. Lo importante no es “perdonar”, sino comprender qué necesita tu sistema emocional para dejar de estar atrapado/a en esa experiencia. A veces, el proceso terapéutico se centra más en liberar el peso del daño que en perdonar a quien lo causó.

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