Ps. Gabriel Jaramillo

La primera sesión representa el primer encuentro entre el paciente y el psicólogo. Durante este acercamiento inicial, se busca comprender las motivaciones del paciente para buscar atención psicológica y obtener una visión general de su historia y situación actual. Se abordan aspectos como el motivo de la consulta, síntomas específicos y cualquier inquietud o problemática presente. Además, se explora la historia personal, familiar y social para obtener una comprensión más completa. La sesión también sirve para establecer expectativas para la terapia, aclarar dudas y comenzar a construir el vínculo terapéutico. En conjunto, esta primera sesión proporciona información crucial que guiará la personalización del enfoque terapéutico y contribuirá a crear un espacio seguro y colaborativo para el proceso de tratamiento.

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La primera sesión representa el primer encuentro entre el paciente y el psicólogo. Durante este acercamiento inicial, se busca comprender las motivaciones del paciente para buscar atención psicológica y obtener una visión general de su historia y situación actual. Se abordan aspectos como el motivo de la consulta, síntomas específicos y cualquier inquietud o problemática presente. Además, se explora la historia personal, familiar y social para obtener una comprensión más completa. La sesión también sirve para establecer expectativas para la terapia, aclarar dudas y comenzar a construir el vínculo terapéutico. En conjunto, esta primera sesión proporciona información crucial que guiará la personalización del enfoque terapéutico y contribuirá a crear un espacio seguro y colaborativo para el proceso de tratamiento.

Práctica clínica que se destaca por su enfoque en la prevención y alivio del malestar físico y subjetivo. A través de un proceso cuidadosamente dirigido, se promueve una estrecha colaboración entre paciente y terapeuta, fomentando un trabajo de indagación, reflexión y, en última instancia, reelaboración vinculada a aspectos biográficos clave.

Mediante una adaptación sensible al ritmo del vínculo terapéutico, se considera esencial brindar una atención personalizada donde se reconoce y valora la singularidad de toda persona. Se sostiene firmemente la importancia de establecer un espacio terapéutico que cultive la confianza, buscando proporcionar un entorno adecuado para la transformación y el desarrollo personal de cada individuo.

Práctica clínica que se destaca por su enfoque en la prevención y alivio del malestar físico y subjetivo. A través de un proceso cuidadosamente dirigido, se promueve una estrecha colaboración entre paciente y terapeuta, fomentando un trabajo de indagación, reflexión y, en última instancia, reelaboración vinculada a aspectos biográficos clave. Mediante una adaptación sensible al ritmo del vínculo terapéutico, se considera esencial brindar una atención personalizada donde se reconoce y valora la singularidad de toda persona. Se sostiene firmemente la importancia de establecer un espacio terapéutico que cultive la confianza, buscando proporcionar un entorno adecuado para la transformación y el desarrollo personal de cada individuo.

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Mediante una adaptación sensible al ritmo del vínculo terapéutico, se considera esencial brindar una atención personalizada donde se reconoce y valora la singularidad de toda persona. Se sostiene firmemente la importancia de establecer un espacio terapéutico que cultive la confianza, buscando proporcionar un entorno adecuado para la transformación y el desarrollo personal de cada individuo.

Se trata de un enfoque terapéutico especializado diseñado para abordar los ataques de pánico y la ansiedad aguda. En el proceso, se desarrolla un trabajo que permite apreciar la singularidad de los ataques de pánico, así como identificar y abordar los factores subyacentes que contribuyen a su desarrollo. Además, se exploran las experiencias específicas que desencadenan los ataques de pánico y se examinan las respuestas cognitivas, emocionales y conductuales asociadas. Este enfoque terapéutico es altamente colaborativo, involucrando al paciente activamente en el proceso de tratamiento. El pronóstico es muy positivo; se puede lograr una mejora significativa en la calidad de vida a medida que la sintomatología pierde intensidad y efectividad.

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